La voz sucumbe.

Te he pensado en el origen estelar constante
En ese infinito mundo nuestro
Tu piel aligerante sobre mis desdeños
Tus besos remedios a todo este caos interno
Tú, la del toque en mi cuerpo desprotegido
Tan sublime como hoy hermosos sigilos
El espacio que sucumbe de tu voz melodía
Las puertas al cielo abiertas por ti, un ángel.
Deja que toda nube me lleve a tus cielos
Donde podré vivir todo lo que siento
Tus palabras suaves dramas de la vida cotidiana
Mujer, haz de mi tu infinito sueño.
Que ni tu sentir acabe con todo esto
Por siempre tú y yo en el tejado viviendo
Abraza mis caricias en tu velo.
Despide a tus suaves y ligeros pensamientos
Que quiero entrar ahí para yo protegerlos
Haz que mi vida rote entre tus párpados inmediatos
Que la noche se convierte en día con tus alegrías
Los vientos se retuerzan de dolor por tus agitares.
Colorea mi silueta y demuestra tu magnificencia.
Sé que vivirás siempre en lo más alto, tú, mi estrella.