Ceguera


Puedo ver que mi felicidad destruye pena a pena
La sensación de tus pálidas manos es la silueta
Tal vez pasen años para carecer de encantos
Aquellos que me harán sentir que estoy contigo en lo alto
En un inocuo cuarto lleno de mis arrebatos
Te detuviste para recibir todo eso que está en mi postrado
Mis dedos resbalando de un sueño que no recuerdo.
Por aquí antes ya se ha pasado el malestar de soledad
Senderos sin luz de tus ojos, enfriando el ocaso.
Descendieron los ángeles internos para velar tu sueño
Seremos más que dos mientras por el alma atados estemos.
Y sin golpes de vida, porque te defenderé con mi alma del infierno.
Levantaré mi espada y atinaré contra las nuevas venganzas
Hechizarás las patrañas con tu leve e inapreciable sonrisa de mañana.

Grito de Vuelta

La sutura de mi cuerpo por el ardido de sus latidos
Neutralidad ínfima de lado de mi esperanza mortal
Enlazadas lianas que sobresalen de la naturalidad
El blanco de su rostro que definen y encaminan esa paz
Las vertientes debajo de sus pestañas son la razón para amar.
Extendidos y sobrevalorados los tactos por el tiempo pasar.
Ha llegado la catarsis para volver a amar.