Puedo ver que mi felicidad destruye pena a pena
La sensación de tus pálidas
manos es la silueta
Tal vez pasen años para carecer
de encantos
Aquellos que me harán sentir
que estoy contigo en lo alto
En un inocuo cuarto lleno de
mis arrebatos
Te detuviste para recibir todo
eso que está en mi postrado
Mis dedos resbalando de un
sueño que no recuerdo.
Por aquí antes ya se ha pasado
el malestar de soledad
Senderos sin luz de tus ojos,
enfriando el ocaso.
Descendieron los ángeles
internos para velar tu sueño
Seremos más que dos mientras
por el alma atados estemos.
Y sin golpes de vida, porque te
defenderé con mi alma del infierno.
Levantaré mi espada y atinaré
contra las nuevas venganzas
Hechizarás las patrañas con tu
leve e inapreciable sonrisa de mañana.
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