Si Tú me dices: "¡Ven!", lo dejo todo...

Si Tú me dices: "¡Ven!", lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo

que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta en el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.

Si Tú me dices: "¡Ven!", todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;

mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome, ¡oh Cristo!, como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar.

Nota: Este poema, como muchos sabran, es de
Amado Nervo, y por lo que pueden ver
yo a veces ne identifico con el. Bueno el
punto es que aca un pequeño homenaje a un
gran mentor.
Artifex vitae, artifex sui

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